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La diabetes de tipo 2

diabète de type 2

¿Qué es la diabetes tipo 2?

La diabetes tipo 2 es una enfermedad metabólica crónica caracterizada por una elevación sostenida del nivel de glucosa en la sangre, conocida como hiperglucemia. Esta patología resulta de un doble disfuncionamiento en el organismo: una resistencia a la insulina a nivel de las células periféricas y una insuficiencia progresiva de la secreción de insulina por el páncreas. La insulina desempeña un papel esencial en la regulación de la glucemia al facilitar la entrada de glucosa en las células para ser utilizada como fuente de energía.

Para ilustrar este mecanismo, imagine que la insulina es una llave que abre las puertas de las células para permitir que la glucosa entre. En el caso de la diabetes tipo 2, la cerradura (los receptores de las células) se vuelve menos sensible a la llave (la insulina), lo que provoca una acumulación de azúcar en la sangre. Este desequilibrio glucémico conduce a una presencia excesiva de glucosa en el torrente sanguíneo, lo que puede causar daños graves a largo plazo.

¿Cuál es el nivel de glucemia a considerar para la definición de diabetes?

La definición biológica de la diabetes se basa en umbrales precisos de la glucemia en ayunas. Según las recomendaciones de la Alta Autoridad de Salud, un paciente se considera diabético si su glucemia en ayunas es igual o superior a 1,26 g/l (7 mmol/l) en dos mediciones sucesivas. Una glucemia medida en cualquier momento del día superior o igual a 2 g/l (11,1 mmol/l), asociada a síntomas sugestivos, también confirma el diagnóstico de diabetes.

¿Qué pruebas de detección son posibles para diagnosticar la diabetes?

La detección de la diabetes tipo 2 se realiza principalmente mediante análisis de sangre que tienen como objetivo medir el nivel de glucosa en la sangre. La prueba de glucemia en ayunas es la más comúnmente utilizada: consiste en medir la glucemia después de al menos 8 horas de ayuno.

La medición de la hemoglobina glucosilada (HbA1c) también se utiliza para evaluar el control glucémico a largo plazo. Una HbA1c superior o igual al 6,5 % es indicativa de diabetes. La detección es especialmente recomendada para individuos con sobrepeso, obesidad, sedentarismo, una dieta desequilibrada, o antecedentes familiares de diabetes tipo 2.

¿Cuáles son las causas de la diabetes de tipo 2?

La diabetes tipo 2 resulta de una interacción compleja entre componentes genéticas y ambientales. Entre las principales causas se encuentran:

  1. Resistencia a la insulina: los músculos, el hígado y el tejido adiposo presentan una disminución de sensibilidad a la insulina, lo que provoca una acumulación de azúcar en la sangre.
  2. Disminución de la secreción de insulina: con el tiempo, las células beta pancreáticas se agotan y no producen suficiente insulina para compensar la resistencia a la insulina.
  3. Componentes genéticas: la presencia de antecedentes familiares de diabetes tipo 2 aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad. Variantes genéticas pueden influir en la función pancreática y la sensibilidad a la insulina.
  4. Hábitos: una dieta desequilibrada, rica en azúcares rápidos y grasas saturadas, asociada a una actividad física insuficiente, favorece el sobrepeso y la obesidad.
  5. Flora intestinal: estudios recientes sugieren que la flora intestinal desempeña un papel en el desarrollo de la diabetes tipo 2. Una alteración en la composición del microbiota intestinal podría influir en los mecanismos de inflamación y resistencia a la insulina.
  6. Otros: el tabaquismo, el estrés crónico, ciertas enfermedades endocrinas y el uso de ciertos medicamentos antidiabéticos también pueden contribuir al desarrollo de la diabetes.

La investigación médica explora continuamente los mecanismos subyacentes para comprender mejor el desarrollo de la diabetes. Comprender estas causas es esencial para implementar medidas preventivas adecuadas y reducir el riesgo de desarrollar esta patología.

¿Cuáles son los síntomas y signos de la diabetes?

La diabetes tipo 2 suele ser asintomática al inicio, lo que complica su detección temprana. Sin embargo, algunos signos clínicos pueden manifestarse:

  • Poliuria: Necesidad frecuente de orinar, especialmente durante la noche.
  • Polidipsia: Aumento de la sed y consumo incrementado de líquidos.
  • Fatiga persistente o agotamiento.
  • Visión borrosa: Dificultades visuales debido a una hiperglucemia prolongada.
  • Cicatrización lenta: Retraso en la curación de heridas e infecciones.
  • Pérdida de peso inexplicada: A pesar de un apetito normal o aumentado.
  • Infecciones recurrentes: Especialmente a nivel cutáneo o urinario.
  • Hormigueo o entumecimiento: Sensación de disminución de sensibilidad en las extremidades, resultante de un daño nervioso.

Si presenta uno o más de estos síntomas, es crucial consultar a un profesional de salud para realizar un cribado. Un diagnóstico precoz permite implementar un manejo eficaz y prevenir las complicaciones graves asociadas con la diabetes.

¿Cómo se diagnostica la diabetes tipo 2?

La detección de la diabetes tipo 2 se basa en varias etapas clave:

  1. Anamnesis médica: Su médico recaba información sobre sus síntomas, sus antecedentes personales y familiares, así como sus hábitos.
  2. Exámenes biológicos :
    • Glucemia en ayunas: Medición del nivel de glucosa en la sangre después de un ayuno de al menos 8 horas. Un valor igual o superior a 1,26 g/l en dos mediciones consecutivas indica diabetes.
    • Hemoglobina glucosilada (HbA1c): Indicador del control glucémico durante los últimos dos o tres meses. Un valor igual o superior al 6,5 % sugiere diabetes.
  3. Exámenes complementarios: Según los resultados, su médico puede prescribir pruebas adicionales para detectar posibles complicaciones.

¿Cuáles son los tratamientos disponibles?

Modificaciones de hábitos

La diabetes tipo 2 está fuertemente condicionada por la dieta y los hábitos, por lo que ciertas modificaciones en la vida diaria permiten un mejor equilibrio de un Diabet’:

  • Dieta equilibrada: adoptar una dieta rica en fibras, frutas y verduras, mientras se limitan los azúcares rápidos y las grasas saturadas, ayuda a controlar la glucemia y favorece la reducción de peso.
  • Actividad física regular: practicar al menos 30 minutos de ejercicio moderado al día mejora la sensibilidad a la insulina, contribuye a la pérdida de peso y reduce el riesgo cardiovascular.
  • Pérdida de peso: en pacientes con sobrepeso u obesidad, una reducción del 5 al 10 % del peso corporal puede mejorar significativamente el control glucémico.

Antidiabéticos orales

Cuando las medidas higiénico-dietéticas no son suficientes, se prescriben medicamentos antidiabéticos. Las principales clases incluyen:

  • Metformina : disminuye la producción hepática de glucosa y mejora la sensibilidad a la insulina.
  • Sulfamidas hipoglucemiantes y glinidas: estimulan la secreción de insulina.
  • Inhibidores de la DPP-4 y agonistas del GLP-1: aumentan las hormonas incretinas, favoreciendo la secreción de insulina en respuesta a las comidas.
  • Inhibidores de SGLT2: aumentan la eliminación de glucosa a través de los riñones.

La elección del tratamiento se individualiza en función de las características del paciente, la eficacia, los efectos secundarios y las comorbilidades asociadas.

Insulinoterapia

Si los antidiabéticos orales y las modificaciones de los hábitos no permiten controlar la glucemia, la insulinoterapia puede volverse necesaria. Cuando el páncreas no produce suficiente insulina, la administración de insulina exógena ayuda a regular el nivel de azúcar en la sangre. Los pacientes reciben inyecciones de insulina para compensar la deficiencia, lo cual es esencial para prevenir las complicaciones asociadas con la hiperglucemia crónica.

Educación terapéutica

La educación terapéutica es un pilar esencial en el manejo de la diabetes tipo 2. Su objetivo es:

  • Informar al paciente sobre su patología y sus tratamientos.
  • Desarrollar habilidades de autogestión, incluyendo el monitoreo de la glucemia.
  • Prevenir las complicaciones adoptando comportamientos favorables para la salud.
  • Fomentar la adherencia al tratamiento y mejorar la calidad de vida.

Los programas de educación son a menudo ofrecidos por centros especializados, hospitales o asociaciones de pacientes. Ayudan a los pacientes a comprender los mecanismos y los animan a adoptar un estilo de vida saludable.

¿Es necesario un tratamiento con insulina en caso de diabetes tipo 2?

En la diabetes tipo 2, el uso de la insulinoterapia no es sistemático. Sin embargo, puede volverse necesario en ciertas situaciones:

  • Fallo de los tratamientos antidiabéticos orales: cuando los medicamentos ya no logran mantener una glucemia adecuada.
  • Glucemia muy elevada en el diagnóstico: Requiere una intervención rápida para evitar las complicaciones.
  • Embarazo : Algunas pacientes necesitan un tratamiento con insulina para controlar la glucemia y evitar riesgos para el feto.
  • Complicaciones agudas o crónicas: Afectando la función renal o hepática, limitando el uso de ciertos medicamentos.

A medida que la patología progresa, el páncreas puede agotarse, haciendo necesario el uso de insulina. Esta se administra mediante inyecciones subcutáneas, siguiendo un esquema posológico adaptado a cada paciente. El seguimiento médico es esencial para ajustar las dosis y prevenir episodios de hipoglucemia.

¿Cuáles son las complicaciones y consecuencias posibles?

Patologías cardiovasculares

Un nivel de azúcar demasiado alto favorece la aterosclerosis, aumentando el riesgo de patologías cardiovasculares tales como:

  • Infarto de miocardio: obstrucción de las arterias coronarias que suministran al corazón.
  • Accidentes cerebrovasculares (ACV): interrupción del flujo sanguíneo en el cerebro.

AOMI (arteriopatía obliterante de los miembros inferiores)

La enfermedad arterial periférica (EAP) es una afección de las arterias de las piernas, provocando:

  • Dolor al caminar, conocido como claudicación intermitente.
  • Úlceras y retrasos en la cicatrización.
  • Riesgo aumentado de amputación en caso de isquemia severa.

Retinopatía diabética

La retinopatía es una afectación de los vasos sanguíneos de la retina, que puede provocar:

  • Disminución de la visión.
  • Ceguera en ausencia de tratamiento adecuado.

El examen oftalmológico regular es esencial para prevenir esta afección.

Nefropatía diabética

La nefropatía afecta los riñones, lo que conduce a:

  • Insuficiencia renal crónica.
  • Necesidad de diálisis o de trasplante renal en una etapa avanzada.

Neuropatía diabética

La neuropatía resulta de una afectación de los nervios periféricos, causando:

  • Dolores, hormigueo, entumecimiento, principalmente en los pies y las manos.
  • Pérdida de sensibilidad, aumentando el riesgo de lesiones e infecciones.
  • Trastornos digestivos o cardíacos en caso de afectación del sistema nervioso autónomo.

¿Cuál es la diferencia entre la diabetes tipo 1 y tipo 2?

Aunque la diabetes tipo 1 y tipo 2 comparten una característica común de trastorno en la regulación de la glucosa en sangre, difieren en sus mecanismos y su manejo:

  • Diabetes tipo 1 :
    • Patología autoinmune en la que el sistema inmunitario destruye las células beta pancreáticas productoras de insulina.
    • Generalmente ocurre en niños y adultos jóvenes.
    • Requiere insulinoterapia desde el diagnóstico.
    • Aparición repentina con síntomas pronunciados.
  • Diabetes tipo 2 :
    • Resulta de una resistencia a la insulina asociada a una disminución progresiva de la secreción de insulina.
    • Ocurre a menudo después de los 40 años, pero la edad promedio tiende a disminuir debido a los cambios en los hábitos.
    • Tratamiento inicial basado en las modificaciones de hábitos y los medicamentos antidiabéticos orales.
    • Evolución lenta y frecuentemente asintomática al inicio.

¿Cómo puede la prevención afectar el riesgo de diabetes tipo 2?

La prevención juega un papel crucial en la reducción del riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Los estudios demuestran que adoptar hábitos saludables puede retrasar o prevenir la aparición de la enfermedad:

  • Mantenimiento de un peso saludable: En los pacientes con sobrepeso u obesidad, una reducción de peso mejora la sensibilidad a la insulina.
  • Alimentación equilibrada: Priorizar los alimentos ricos en fibra, frutas, verduras, cereales integrales, y limitar las grasas saturadas y los azúcares añadidos.
  • Actividad física regular: Al menos 150 minutos de ejercicio moderado por semana mejoran la regulación de la glucemia y la salud cardiovascular.
  • Reducción del estrés: El estrés crónico puede influir en la glucemia, por lo que es importante manejar el estrés mediante técnicas de relajación o meditación.
  • Cese del tabaquismo.
  • Modificación de hábitos para reducir los riesgos.

Según la OMS, estas medidas preventivas pueden tener un impacto significativo en la prevalencia de la enfermedad. La prevención es especialmente importante para las personas con antecedentes familiares de diabetes tipo 2 o riesgos.

¿Por qué es crucial el diagnóstico temprano de la diabetes tipo 2?

Un diagnóstico temprano de la diabetes tipo 2 es esencial por varias razones:

  • Prevención de las complicaciones: Un tratamiento iniciado a tiempo puede ralentizar la progresión de la enfermedad y reducir el riesgo de complicaciones graves.
  • Adaptación del estilo de vida: Los cambios en los hábitos son más eficaces cuando se implementan desde el inicio de la enfermedad.
  • Mejora de la calidad de vida: Un control glucémico óptimo reduce los síntomas y mejora el bienestar general.
  • Educación terapéutica: Informar al paciente de manera temprana permite una mejor gestión y autonomía.
  • Reducción de los costos de salud: prevenir y disminuir las hospitalizaciones y los tratamientos costosos a largo plazo.

Por lo tanto, se recomienda a las personas en riesgo que realicen pruebas de detección regulares para identificar la diabetes tipo 2 lo antes posible.

Sus preguntas

¿Cómo se desarrolla la diabetes tipo 2?

La diabetes tipo 2 ocurre como resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales que conducen a la resistencia a la insulina y a una insuficiencia progresiva de la secreción de insulina. El sobrepeso, la obesidad, el sedentarismo y una alimentación desequilibrada son factores de riesgo importantes que favorecen su desarrollo.

En un análisis de sangre, la diabetes se manifiesta por una glucemia en ayunas superior o igual a 1,26 g/l (7 mmol/l) en dos mediciones sucesivas. Un nivel elevado de hemoglobina glucosilada (HbA1c) superior o igual al 6,5 % también indica un desequilibrio glucémico.

La diabetes tipo 2 es una patología seria que puede llevar a complicaciones graves si no se maneja adecuadamente. Los riesgos incluyen daños cardiovasculares, renales, nerviosos y oculares, que pueden conducir a una disminución de la calidad de vida, e incluso a una reducción de la esperanza de vida.

Los signos clínicos de la diabetes tipo 2 pueden incluir:

  • Fatiga persistente.
  • Sed excesiva (polidipsia).
  • Micciones frecuentes (poliuria).
  • Visión borrosa.
  • Pérdida de peso inexplicable.
  • Infecciones recurrentes.
  • Cicatrización lenta de las heridas.
  • Entumecimiento o hormigueo en las manos o los pies, indicando una disminución de la sensibilidad.

Un paciente se considera diabético si su glucemia en ayunas es superior o igual a 1,26 g/l (7 mmol/l) en dos mediciones distintas. Además, una glucemia superior o igual a 2 g/l (11,1 mmol/l) dos horas después de una prueba de tolerancia oral a la glucosa o en cualquier momento del día, asociada a síntomas sugestivos, confirma el diagnóstico.

Para determinar si usted padece de esta condición, es necesario consultar a un profesional que pueda prescribir análisis de sangre para medir su glucemia y su hemoglobina glucosilada.

La diabetes tipo 2 es la forma más común de diabetes, representando aproximadamente el 90 % de los casos. El número de personas con diabetes ha aumentado de manera significativa en las últimas décadas. En Francia, el Inserm indica que hay más de 4 millones de personas con diabetes tipo 2, y esta cifra sigue creciendo.

Las medidas preventivas incluyen:

  • Adoptar un estilo de vida saludable: alimentación equilibrada rica en frutas, verduras, fibras y granos enteros.
  • Practicar actividad física de manera regular: Al menos 150 minutos de ejercicio moderado por semana.
  • Mantener un peso saludable: Pérdida de peso en caso de sobrepeso u obesidad.
  • Limitar el consumo de alcohol y dejar de fumar.
  • Vigilancia médica regular: Para las personas en riesgo, con el fin de detectar precozmente cualquier anomalía glucémica.
  • Modificación de hábitos.

Los avances recientes incluyen:

  • Nuevos tratamientos antidiabéticos: Desarrollo de moléculas que actúan por mecanismos innovadores para mejorar el control de la glucemia.
  • Tecnologías de monitorización: Dispositivos de medición continua de glucosa para una mejor gestión de la diabetes.
  • Investigación genética: Estudios sobre los factores genéticos involucrados.
  • Terapias celulares: Investigación sobre la regeneración de las células beta pancreáticas.

Los esfuerzos de la investigación médica están dirigidos a mejorar el manejo y la calidad de vida.

Sí, la diabetes tipo 2 puede llevar a complicaciones graves potencialmente mortales, incluyendo enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio o los accidentes cerebrovasculares, así como insuficiencia renal terminal. No obstante, con un manejo adecuado y un seguimiento médico regular, es posible controlar la enfermedad y reducir significativamente estos riesgos.

Article rédigé par Eliott Hergat, médecin et fondateur
Dernière modification le 25 diciembre 2024
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